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10/4/09

Leer con mucha atención

La soberbia del matrimonio presidencial destruyó la actividad económica, paralizó la inversión y destrozó las ilusiones de millones de familias argentinas.

Cuando la presidente Cristina Fernández de Kirchner tuvo la mala idea de referirse a la soja como el “yuyito” y su marido la peor idea de enfrentarse a muerte con el campo, ambos cometieron el error de su vida. Un error que no sólo los destruyó políticamente, sino que, además, llevó la economía a la parálisis que hoy estamos viendo. Tal vez, si hubiesen leído un pequeño texto escrito por Leonard Reed 50 años atrás y titulado “Yo, el lápiz” hubieran advertido que el camino que tomaban los conduciría al fracaso.

En ese famoso ensayo, Leonard Reed explica todo el complejo sistema económico que tiene que funcionar para fabricar un simple lápiz de grafito. En principio, alguien tiene que dedicarse a la forestación para producir la madera que se utilizará para fabricar el lápiz. Otro tendrá que elaborar las máquinas y herramientas para talar los árboles. Un tercero tendrá que generar los insumos para crear esas máquinas y herramientas: acero, caucho para los neumáticos y plástico, entre otros. Alguien deberá invertir en cemento para construir las rutas que permitan transportar, primero, la materia prima y, luego, el producto terminado. También alguien deberá invertir para extraer el grafito. Para ello, tendrá que contratar mano de obra, instalar una fábrica y comprar equipos y herramientas. Otro deberá estar dispuesto a asignar capital para fabricar la pintura para terminar el lápiz. Nuevamente, fabricar la pintura exigirá contratar mano de obra, comprar productos químicos, transportarlos, empacarlos, comercializarlos y distribuirlos.

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1 comentario:

  1. Creo que en realidad el conflicto del campo marca un quiebre en la política nacional. Pero de ningun modo se puede pensar que este es el facto culminante de nuestra economía... Hay todo un contexto nacional e internacional que nos viene afectado.
    La crisis internacional viene golpeando duro a toda la industria y comercio.
    No tenemos leyes que protejan los productos nacionales ante la invasión extranjera.
    Nunca se impulsaron verdaderas obras sociales, mucho menos se reactivaron los ferrocarriles, talleres, astilleros... cosa que podría haber hecho este gobierno si pondría más multas, menos coimas, menos clientelismo y más nacionalismo...

    Ahora estamos pagando el precio de un derroche económico, una crisis nacional u otra internacional... ahh, obviamente hay que sumar el coctel político...

    Saludos!

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