Ahora lo investigan por la supuesta compra de un Lear Jet de 4,3 millones de dólares que lo puso en la mira de la Justicia y a punto de ser indagado. Como confirmó PERFIL ayer, esa nave está oculta en el hangar de la empresa Aeromont en el aeropuerto de Carrasco, en Montevideo. Jaime lo usaba para ir y venir todos los días desde Córdoba, donde vive en un exclusivo country. Sus sofisticados gastos y la red para despistar.
Fueron seis años movidos para el renunciado Ricardo Jaime. Pasó de estar “de prestado” en el Hotel Facón Grande de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales, sobre la calle Reconquista 647, en el 2003, a tener un departamento sobre la calle Libertador, un piso en Puerto Madero, una casa en un country de Córdoba, pasar fines de semana en Río de Janeiro, vestir ropa de etiqueta y lucir relojes premium. Todo eso en sólo seis años.
Casi como una paradoja, el avión que lo tenía obsesionado fue el que marcó el principio de su caída. Ahora, la Justicia Federal empieza a cerrar el círculo sobre Jaime, para tratar de determinar si el ex funcionario tuvo participación en la compra del avión Lear Jet 31A con matrícula norteamericana N786YA. Desde San Fernando y en esa aeronave, Jaime viajaba y regresaba desde Buenos Aires a Córdoba, todos los días. Una suerte de remís de privilegio.
Según confirmaron diversas fuentes a PERFIL, la empresa Aerorutas SA de Transporte, una compañía de taxi aéreo con base en el aeropuerto de San Fernando, fue la que se encargó de administrar ese avión hasta la última vez que fue utilizado por Ricardo Jaime.
En Aerorutas hacen responsable a Gustavo Carmona, piloto y asesor aeronáutico de diversas empresas aéreas. Carmona le confirmó a PERFIL haber administrado ese avión. Desde hace un mes y medio, el Lear Jet se encuentra parado en el aeropuerto Carrasco de Montevideo, en los hangares de la empresa Aeromont, propiedad de Freddy Colla, que sería un conocido de Carmona y su socio en negocios de mantenimiento de aviones en Montevideo. Uno de los pilotos autorizados a volar el N786YA es Luis Tantessio, empleado de Aerorutas y vicepresidente de Aerorutas Technis. Según le dijo Carmona a este diario, él mismo contrató a Tantessio para que piloteara ese avión, pero aseguró no conocer a Ricardo Jaime. Desde la Casa Rosada le confirmaron a PERFIL que Presidencia alquiló más de una vez los aviones de Aerorutas y que incluso el propio Tantessio llegó a pilotear un vuelo en el que viajó Cristina Kirchner con destino a Mendoza.
Esta semana, el juez Oyarbide intentará obtener más datos de Pegasus Equity Investments Sociedad Anónima. Un fondo de inversión radicado en Puerto Rico y que según los registros de la Agencia Federal de Aviación de los Estados Unidos sería dueño del avión hasta su llegada a la Argentina. La transacción se habría realizado en diciembre último en Miami y el cambio de dueños de la nave se cerró en 4.300.000 dólares. Se vincula con esa operación a Manuel Vázquez, abogado y asesor de Ricardo Jaime, también mencionado como pasajero de los vuelos privados realizados por el ex funcionario y que habrían sido pagados por el grupo Cirigliano, según la denuncia presentada por el ex fiscal de Investigaciones Administrativas Manuel Garrido.
En el entorno kirchnerista los gustos de Jaime eran famosos. Amante de las botas texanas y de los zapatos, en los pasillos del piso 12 de la Secretaría de Transporte cuentan que las empresas ya sabían cómo quedar bien con el funcionario. Todas las semanas alguna caja de regalo llegaba al despacho de Jaime, donde el cordobés, desde un plasma, controlaba las cámaras de seguridad instaladas en el pasillo. Meticuloso, obsesivo. Jaime tenía una mesa ratona de color verde que decoraba su oficina. Allí se sentaba a negociar con los empresarios. Cuando los despedía les señalaba la mesa y les decía: “Acordate, verde”. Por su pasión por las motos, el renunciado secretario conoció a Jorge Cupeiro, ex piloto de Turismo Carretera. Este, amigo de Menem y ex socio de Zulemita, habría sido el enlace de Jaime con empresas aeronáuticas, que se vinculan al avión misterioso.
El Lear Jet que quizá haya terminado con la carrrera de Jaime, fue ofrecido en varias oportunidades a distintas empresas argentinas. Incluso, la compañía MacAir Jet, de Franco Macri, una de las preferidas por Jaime a la hora de alquilar aviones, habría realizado la inspección de pre-compra en los hangares que la empresa Bombardier tiene en Wichita, Estados Unidos. Ya derribado, ahora todos apuntan contra el ex hombre kirchnerista: “Ricardo no cumplió con el mandamiento de todo ingeniero: no fue prolijo”, dice un amigo mientras agacha la cabeza.
Todo por amor
Su amor por volar es lo que más complica a Jaime, y eso se destaca en las 16 causas que el ex funcionario tiene abiertas en los Tribunales de Comodoro Py.
El juez federal Claudio Bonadío lleva la causa 2160/09 “Jaime Ricardo Raúl y otro s/aceptación de dádiva”, que investiga la denuncia presentada por el ex fiscal Manuel Garrido, donde se acusa al ex secretario de Transporte de haber viajado en vuelos privados pagados por empresas a las que su cartera tenía que controlar.
En otro despacho, el juez Norberto Oyarbide investiga al renunciado funcionario por presunto enriquecimiento ilícito. Esa causa ahora tiene un nuevo capítulo: el avión norteamericano. Pero si de aviones y causas se trata, hay otro expediente que avanza. Es el que investiga la entrega de subsidios irregulares por parte de la Secretaría de Transporte a la empresa Southern Winds para la compra de combustibles para sus aeronaves.