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17/10/12

SIN OFENDER A NADIE



(Alfredo Leuco, en su columna de Radio Continental, 24.08.2012)

“Le quiero contar algo personal. Ayer recibí un mail de esos que habitualmente no abro porque le temo a los virus, porque no tengo tiempo de leer cadenas y por varios motivos más. Pero lo abrí porque me lo enviaba alguien al que yo respeto profundamente por su talento y la ética que expresa en todas sus acciones. Hablo deJuan Jose Campanella que en el asunto decía: “sin ofender a nadie”.
Y después reproducía un texto conmovedor bajo el título : “Con mucho dolor, digo”. Vivimos tiempos de cólera donde se castiga muy fuerte la opinión distinta. Me dio ganas de convertir ese texto que no tiene firma en una columna y le pregunté a Juan si le molestaba que lo leyera al aire y que lo identificara como la persona que me mandó el mail. Me contestó de inmediato lo siguiente: “Querido Alfredo:
No me molesta ninguna de las dos cosas, pero ojo que no lo escribí yo. Sólo lo forwardeé borrando a todos los anteriores. Parece mentira que hoy haya que tomar esas precauciones.
Me pareció un texto excelente que me representa totalmente.
Abrazos!
Juan”.

Aquí va este texto anónimo que anda despertando conciencias por internet”:
A todos,
Que nos pasa?
Una sensación de impotencia, de frustración y abatimiento nos noqueó.
En muchas reuniones privadas, en el trabajo, en la calle, en los trenes, se comenta.
Pero siempre en privado.
Ya parece no quedar nada del orgullo de ser argentino. Y no es la economía.
Ni siquiera el caso Ciccone. Ni de los hermanos Schoklender. No se trata de Moreno y su avasallamiento tercermundista.
El problema no es el tren de Once y los 52 hermanos que murieron... lamentablemente.
Ni tampoco el uso de las reservas. No se trata del paro de los maestros, ni de las mentiras del indec.
El problema es otro.
Estamos perdiendo en silencio a nuestra Argentina. La metamorfosis es brutal.
El país que tenemos hoy no es el que imaginamos, y el país de mañana será mucho peor de lo que imaginamos.
No hay respeto.
No hay educación.
No hay diálogo.
La búsqueda de la excelencia se abandonó por completo.
Nos acostumbramos al atropello del poder político, al patoterismo.
Al corto plazo sin una visión de país que nos ilusione. Que nos enamore.
Que queremos?
Volver a sentir orgullo de ser argentinos
Viajar seguros
Ver un desarrollo cultural sostenido
Transitar por las calles sin piquetes
Escuchar a un presidente conectado con el mundo
Decidir qué comprar.
Que libros leer.
Respetar al maestro.
Los delincuentes presos.
Estadistas conduciendo al país.
Economistas manejando la economía .
Calma y paz.
No al odio y la crispación.
Los tres poderes funcionando.
Comprar dólares. O no.
Recibir cosas del mundo y poder enviar cosas al mundo.
Si querés lo mismo, circulá este mail.
En paz…
Argentina … te quiero !!!
Y no quiero perderte.

2 comentarios:

  1. Cualquier parecido con Venezuela no es pura coincidencia. El país nos esta quedando grande a todos.

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  2. Roberto Eugenio FAELLI18/10/12 01:07

    Es tarde, pero entré a leer la texto. No hizo falta mucho para prontamente darme cuenta que compartía lo que iba leyendo; en gran parte me sentí identificado. No voy a hacer un análisis puntual de él, sólo a razonar en voz alta a partir de esas líneas.
    Soy argentino y me siento orgulloso de ello, pero al mismo tiempo no entiendo por qué hemos caído tan bajo política y socialmente. Aceptar con cinismo cruel que quienes nos gobiernan son corruptos, que enfrascan grandes riquezas gracias a negociados espúrios, que aceptan coimas a cambio de lo que sea, etc., es ya moneda corriente. Hablar de una supuesta oposición que vende su voto por dinero o un cargo, por figurar o para no ser el que dice que no a algún reclamo peculiar, aún sabiendo que la sociedad no espera eso de él. A su vez, una sociedad que descree de principios milenarios que fueron formándose a través del tiempo y sustentando sociedades, de leyes naturales previas a la formación de la sociedad en sí. Que desprecia la cultura o que sustantiva como cultura cualquier moda pasajera. El notar que cada vez más se nivela hacia abajo, hasta que lleguemos al fin del pozo y no se pueda nivelar más. El ver crecer nuevas generaciones a las cuales no les interesa participar porque nos señalan a nosotros como el ejemplo de lo que no quieren ser, cuando uno entiende o cree que lucha o ha luchado para darles un futuro mejor, y se encuentra que no hay futuro. Podría seguir adjetivando o utilizando frases elegantes para agigantar mi razonamiento, pero no es del caso. Dos palabras perdidas, caídas en desuetudo, deben ser rescatadas de una vez para poder emerger y volver a aquella Argentina que soñaron nuestros abuelos, los fundadores de la patria, los que pensaron y apostaron a un futuro mejor. Una de ellas es RESPETO; sin él hay vacío, no hay autoridad, no hay ética, ni reglas morales, no hay ley que valga. Sin respeto no hay DEMOCRACIA. La otra palabra, es HONOR; sin él no hay conducta, no hay honestidad, no hay dignidad, no hay corrección, se carece de ideales firmes y sinceros, de sentimiento de justicia y lealtad, de idea de bien común. Sin honor, la democracia puede convertirse en AUTORITARISMO, DESPOTISMO, POPULISMO VULGAR. En lo personal deseo una verdadera DEMOCRACIA, por ello y para ello, hay que volver a poner en el tapete, hay que volver a revalorar el significado real y auténtico del RESPETO y del HONOR. Gracias.

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